Cayó el telón negro, los ojos de los cerca de tres mil tapatíos en el Foro alterno de la Universidad de Guadalajara se colorearon del rojo de una playa descubierta en la noche del pasado viernes para presenciar el concierto que The White Stripes tenía preparado para esta ciudad.
El evento inició con el grupo invitado The Green Hornes a las 20:30 horas, con extraña puntualidad, la banda integrada sólo por tres personas, en bajo, batería y guitarra, despertó a los espectadores e iluminó el escenario por primera vez en la noche.
Cerca de 40 minutos fueron necesarios para que el grupo originario de Ohio, con canciones como Lies, It's my soul o Can't you see demostrara su música de rock fusionada e innovada del rock alternativo y ácido.
La gente seguía entrando y personal de The White Stripes, vestidos de saco, camisa, sombrero negro y corbatas rojas, quitaba las lonas y telones negros que cubrían gran parte del escenario.
La alusión a una manzana blanca como tema central en el fondo del escenario y un "paraíso" pintado de rojo hacía pensar a algunos de los asistentes sobre la relación de esto con su más reciente disco.
La temperatura comenzó a subir a las 21:40 horas, fue entonces cuando el telón de fondo cayó para dar paso a la visión de palmeras blancas, montañas rojas y negras, en un fondo rojo que simulaba una bizarra bahía, parte del show preparado por la banda de más de siete años de historia desde Detroit.
Los hermanos Jack y Meg White, únicos miembros de la banda, salieron a interpretar varias canciones de sus últimos dos discos específicamente: Getbehind me satan y Elephant, aunque también hubo lugar a alguna canción desus tres primeros discos: White Blood Cells, The White Stripes y DeStijl.
Un par de canciones para calentar los instrumentos y hacer brincar a los asistentes fueron el preámbulo para las canciones más coreadas entre el público; el sudor comenzaba a percibirse dentro de la nariz, era hora para I think I smell like rat.
Luego de la euforia de las primeras canciones, el destino giró hacia el Hotel Yorba, el vocalista vestido de pantalón rojo, saco y sombrero negros, dirigió unas palabras a la gente, en las que presentaba a su hermana (vestida pantalón rojo y camisa blanca) y la siguiente canción de la noche que haría referencia al diablo.
Fell in love whit a girl y The hardest button to button desfilaron por la playa roja y blanca junto con algunos otros temas, con tanta intensidad que en una de las canciones Jack perdió una de las cuerdas de su guitarra pero siguió tocando.
La confianza y calidez se levantó de las manos de la gente justo cuando se escucharon las palabras: "We are going to be friends".
El dominio de varios instrumentos como mandolina, marimba, piano, batería y guitarra dejan claro que la cantidad no siempre significa calidad, ya que con sólo dos personas el espectáculo no bajó de nivel.
Justo antes de dar las gracias por primera vez, I just don't know what to do with myself despertó de nuevo las gargantas de los fans para posteriormente dar una pausa de dos minutos y regresar para expresar: "muchas gracias, The White Stripes back".
Seven Nation Army, quizá su canción más popular, sonó en el último bloque de dos canciones; de nuevo con agradecimiento dieron por terminado el paseo musical; no hubo incidentes que lamentar, salvo un par de desmayos, y para muchos, lo único lamentable era que terminara la noche para dejar la playa y los gritos en los recuerdos.
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EL UNIVERSAL
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